Si el año comenzó agitado, con movilizaciones campesinas y cambios de guardia en el MAG e IBR, en el transcurso del mismo se impusieron una vez más tradicionales pautas de convivencia y de política: nada de concertación y todas las energías centradas en la agro exportación. No es casual pues que el año termine cargado de silencios, lo que se evidencia en la carencia de reflexiones que permitan comprender y trascender con ello una coyuntura llena de incertidumbres.
Pero si la ausencia de certezas y la percepción de los equívocos acumulados incitan a la cautela, el fin de año no es un buen momento para optar por el mutismo. De ahí que…